Comunicación
La base de la Coordinación

Fundamento: La comunicación es el punto de partida y el elemento central que permite la coordinación efectiva de acciones. Desde la perspectiva ontológica, el lenguaje es generativo; no solo describe la realidad, sino que la crea. La comunicación abierta y efectiva establece las bases para el entendimiento y la alineación.

Práctica: A través del diálogo auténtico y la escucha activa, los integrantes del equipo pueden expresar sus expectativas, necesidades y compromisos. Esto facilita la creación de acuerdos claros y específicos, esenciales para la coordinación de acciones. Las conversaciones productivas permiten identificar y resolver malentendidos, alineando a todos hacia un objetivo común.

Identidad
El valor único de cada miembro

Fundamento: La identidad individual, formada por nuestras creencias, valores y auto-percepciones, influye en cómo nos relacionamos y colaboramos con los demás. En el contexto del ciclo de la acción, una identidad clara y alineada con los objetivos del equipo fortalece el sentido de pertenencia y propósito.

Práctica: Los espacios de reflexión personal ayudan a cada integrante del equipo a identificar sus roles y contribuciones únicas. Al reconocer y valorar estas identidades, el equipo puede asignar tareas y responsabilidades de manera que aprovechen las fortalezas individuales, mejorando así la eficiencia y la efectividad de las acciones coordinadas.